¿Recordáis el artículo ‘Jaque mate a los fitofortificantes’? Pues a lo sumo, quedarán 200. Y no lo digo yo. Fue una de las conclusiones de una reciente jornada celebrada en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Aguadulce. Como el salón estaba hasta arriba de público, unos 400 asistentes, supongo que muchos de los lectores escucharon en la mesa de debate final esta cifra, vertida como opinión, pero pronunciada al fin y al cabo por una voz sobradamente autorizada.
Según los datos que se manejan y que se dieron a conocer, tras la publicación el pasado diciembre del Real Decreto 951/2014 que obliga a ordenar los llamados omdf (otros medios de defensa fitosanitaria), hasta la fecha se han cancelado más de 900 de esos productos. Quedan aún en trámite unos 1.900, que son los que podrían acogerse – una vez que entreguen la documentación que solicita el Ministerio antes del 16 de junio – a la disposición transitoria que les daría un plus de margen de vida de entre 4 a 18 meses más. Finalizados estos plazos o se registran como fitosanitarios o como fertilizantes. No hay más opciones. Según se explicó en la sesión técnica, organizada por Coexphal y Cajamar, los elevados costes que supone el registro como fitosanitario apuntan a que la mayoría de esos productos que se mantengan en el mercado, en torno a dos centenares, lo hagan como fertilizantes.
En el turno de preguntas se dio pie a un rico debate que evidenció que el marco actual, farragoso y lento, desanima a que las empresas inviertan en I+D por la sencilla razón de que no está claro cómo se encauzarán los resultados de esas investigaciones. Por ejemplo, el esperado reglamento europeo sobre fertilizantes camina a una velocidad de tortuga. No se espera que sea una realidad ni en el corto ni en el medio plazo, sino a largo plazo. La Comisión Europea ni siquiera prevé su análisis en la programación que tiene para el presente 2015. Así que para incluir un producto nuevo en dicho Reglamento se tardarán años. Dicho con otras palabras, se frena la innovación (palabreja abundante en los telediarios, pero a la que luego en la práctica se le quita el contenido y solo se le deja el continente, vacuo).
Muchos proyectos de investigación se han tenido que desechar por lo incierto del horizonte normativo, perdiendo dinero y mucho talento.
Una representante del Ministerio, a la hora de explicar el laberinto por el que tiene que pasar cualquier futura normativa fue muy elocuente durante su descripción. Tomé nota de una pequeña parte de ese proceso de burocracia que se retroalimenta constantemente. De hecho, muchas bocas engrosan nóminas gracias a los papeleos sin sentido. Pues bien, como hoy día la Unión Europea es el árbitro de todo, imaginaos que llega un borrador de ley – relacionada con la agricultura – a la Comisión de Asuntos Exteriores de la UE. Como se reúne una vez al mes, hay que esperar a que coincida y lo más importante a que sea incluida en el orden del día. Pero como dicho borrador de bioestimulantes, de fitosanitarios o de lo que sea tiene una vertiente que puede afectar a Sanidad, Industria o a cualquier otro departamento, pues dicha Comisión debe esperar el tiempo que sea necesario a que llegue el informe de cada uno de esos departamentos. Después de mucho esperar, cuando al fin llegan, se reconoce con posterioridad que puede haber afectados otros colectivos. Y vuelta a empezar el proceso para no dejar fuera a nadie que supuestamente tenga algo que decir. Entonces se piden consultas a los llamados grupos de expertos en esas nuevas cuestiones que han aflorado. Más tiempo. Y así la pescadilla que se muerde la cola. Se puede eternizar todo lo que se quiera.
Sí quiero acabar subrayando el temor puesto sobre la mesa por el representante de Fepex, que mostró la preocupación de las asociaciones de productores por el hecho de que desaparezcan muchos productos que puedan dejar a los agricultores con escasas herramientas. Miguel Vela también enfatizó que en la nueva regulación se pide una mención a los ensayos y a la eficacia de los productos, bibliografía o experiencia. Además se preguntó si los fabricantes informarán sobre el asunto de las compatibilidades (…).