El mercado suizo y su modelo proteccionista. Cuotas y aranceles a golpe de calor o frío

1 cadena Coop

Suiza juega a muchas cartas. Bandera de la neutralidad bélica, cobijo de los capitales que no quieren declararse, europea unas veces e independiente de sus vecinos otras muchas. En lo agrícola proteccionista como ninguna otra nación del continente.

2 supermercado CoopEn verano pone cupos y aranceles a la entrada de frutas y hortalizas de otros países para favorecer la producción propia. Cuando acaban los meses de calor y llega el frío elimina dichas barreras para abastecer a su mercado con producto foráneo, ya que con el otoño-invierno su huerta se hace minúscula. Los exportadores españoles de contraestación apenas sufren estas restricciones, no así los que cultivan en este momento. En realidad, Suiza practica el agronacionalismo puro y duro. Compra de fuera porque no le queda más remedio y en la medida que no tiene oferta.

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Las imágenes con las que ilustro esta reseña me las enviaban hace unos días los amigos de Andorreando. Una pareja de Santa Mª del Águila (El Ejido) que está ahora en la zona de Ginebra. Los precios que aparecen son en francos suizos. Fotografías de Coop, la firma que domina el mercado suizo junto a Migros, incluso con más cuota de mercado. Coop apuesta por la variedad en frutas y hortalizas, y es reseñable su sección de ecológicos.

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El ecológico es notable en este mercado. El 35% de los suizos reconocen comprar orgánicos varias veces a la semana frente al 27% que lo hacía hace pocos años atrás. En hortícolas la cuota de consumo ‘bio’ supera el 15%.

En este país de cantones está de moda el ecológico y el producto de proximidad. Se promociona lo regional y el orgánico casi como sinónimos, casi en un mismo paquete. Evidentemente la similitud no es tal, pero lo cierto es que forma parte de la actual política de marketing de las cadenas suizas.

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Por otro lado, Suiza tiene unos pocos invernaderos, algo más de 400 hectáreas, principalmente de tomate y pepino; aunque también hay otros cultivos como rábano, lechuga, repollo o rúcula. Explotaciones tanto de cristal como de plástico.

Un producto que no cultiva Suiza es el pimiento, de ahí que su importación haya crecido en los últimos años a un ritmo del 6%. Los exportadores españoles están bien situados, sobre todo en lechuga y tomate. La mitad de este último es español, por delante del tomate marroquí, el italiano o el holandés.

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Israel. Tan lejos, tan cerca

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Hace diez años estuve en Israel. Y espero volver. Su paisaje es almeriense, mediterráneo en la costa, semidesértico más al interior y casi lunar en el Mar Muerto. Posee la tonalidad de la luz con la que se dilatan las pupilas y los ojos y la mirada se hacen más ávidas. Más despiertas. Tan similar allí como aquí. Y luego esa atmósfera, pesada a mediodía, más liviana por la tarde y casi divina en el atardecer. Ya dijo el escritor e hispanista Gerald Brenan el siglo pasado que lo más parecido que había visto a la Península del Sinaí era el Poniente almeriense.

Pero cuando Brenan recorrió ambas latitudes aún no había invernaderos. Hoy día sí. A ambos lados del Mediterráneo. Las fotos que tengo de las fincas israelíes son muy parecidas a las estampas de un invernadero ‘raspa y amagao’, incluso de madera. Y la silueta del cultivo también se asemeja, ya sea un pimiento california o un tomate Daniela.

Hago esta introducción para abordar el potencial productivo de Israel, que ya mencioné en el primero de los artículos sobre Turquía. Los datos son del profesor Juan Carlos Pérez Mesa, aportados durante la última ponencia del ciclo de charlas ‘Modelo Almería’, organizado por Coexphal.

Juan Carlos Pérez Mesa

Sus exportaciones de tomate a la Unión Europea son cada vez menores, siendo Holanda el mayor receptor. La última campaña la cerró con tan solo 4.527 toneladas, lejos de las 26.761 toneladas de tomate exportadas en 2007/08 a la UE-28. Su superficie de tomate en invernadero apenas alcanza las 649 hectáreas, frente a las 10.232 de Almería. En realidad, la mayor parte del tomate israelí no se cultiva bajo plástico. 5.960 hectáreas totales de tomate en Israel, la mayoría al aire libre.

Donde sí marca un mayor potencial es en pimiento. 1.148 hectáreas en invernadero y 5.700 en total. En este producto sus exportaciones a los mercados de la Unión Europea también han decrecido en los últimos tres años hasta el nivel actual de 61.884 toneladas. Lejos de las 109.336 toneladas de la campaña 2009/10.

Oded Balilty Associated Press

¿A dónde han viajado todas esas toneladas que antes se vendían en Europa y ahora no aparecen en las estadísticas? La respuesta hay que buscarla rumbo a Moscú. En tomate las cantidades son modestas, en torno a las 10.000 toneladas exportadas. Hace poco más de una década no había rastro de ellas. Y en pimiento sí que son sobresalientes y en continuo ascenso. En el año 2000 Israel exportaba a Rusia 516 toneladas de pimiento. En cambio durante la campaña pasada la cifra ya había ascendido a las 80.260 toneladas.

Coral Sapphire_empresa Azrom

Acabo con una breve comparativa sobre costes, elaborada por Pérez Mesa. El coste de producción, euros/kilo, de un pimiento israelí está en torno a los 52 céntimos; y el de un pimiento almeriense ronda los 60 céntimos. En tomate el coste israelí se situaría en 36 céntimos y el almeriense en 41 céntimos. Y finalmente los rendimientos. La producción por metro cuadrado en pimiento en Israel está en 9 kilos y en Almería entre los 6 y los 8 kilos. En tomate serían 18 kilos en el lado oriental del Mediterráneo y 14 a este otro lado oriental donde el mismo mar baña a Almería.

Posdata. Espero que haya un segundo viaje a Israel en el que poder hacer buenas fotos. Las que tengo son de mala calidad. Así que os comento la autoría de las tres que he seleccionado, pero que no son mías. La primera es de la Wikipedia, la segunda es de Associated Press (un retrato del fotógrafo Oded Balilty, nacido en Jerusalén) y la última es de la empresa constructora de invernaderos, Azrom.

Fotos de invernaderos turcos. II parte

Foto invernadero de cristal de Turquía

El amigo Andrés estuvo la semana pasada en Turquía y me ha enviado estas fotos que comparto con vosotros. Este lector ya dejó un comentario en el anterior post explicando que los invernaderos de cristal de Turquía son viejos, tienen hasta dos y tres décadas, y están siendo sustituidos por invernaderos de plástico. En una de las instantáneas que me ha enviado se puede observar cómo la banda del invernadero es de cristal, mientras que la cubierta es de plástico. La silueta es de arco.

Bandas de cristal y cubierta de plástico

También comentaba Andrés que si aquí nos quejamos de la atomización, allí es aún mayor entre las comercializadoras. Además el mercado local tira de gran parte de la producción. Esto justificaría que pese a que se produzca tanto, en términos de volumen de kilos, se exporte relativamente poco.

Luego está la climatología. Allí más fría y húmeda. Suelen ir a ciclos cortos. La siguiente imagen es sintomática. El sistema de calefacción es bastante rudimentario. Y las maderas debajo no son sinónimo precisamente reflejo de excesiva carga de innovación.

Invernadero de tomate con calefacción

La producción turca es en un 51% tomate: 3.200.930 toneladas. Le sigue el pepino con el 16%, 1.001.940 toneladas; a continuación la sandía, con 640.513 toneladas, el 10%; después pimiento verde, con 478.344 toneladas, el 8%; berenjena, 252.396 toneladas, el 4%; el melón supone 136.396 toneladas, el 2%; y otros hortícolas suman 563.408 toneladas, el 9% restante.

Acabo con una breve comparativa de costes de producción, extraída del trabajo del profesor Pérez Mesa. En tomate Almería tiene un coste en mano de obra de 2,6 euros el metro cuadrado, Turquía está en 1,3 euros. Si sumamos el resto de gastos corrientes más amortizaciones un kilo de tomate en Almería tendría un coste por kilo de 41 céntimos de euro. En Turquía está en los 24 céntimos.

Semillero

Antalya, la otra Almería de Turquía, pero con invernaderos de cristal

Esta noche he estado en El Edén en la última sesión del ciclo de conferencias organizado este año por Coexphal y que ha tenido especial énfasis en el análisis de mercados internacionales. El ponente ha sido Juan Carlos Pérez Mesa, la única persona que hasta el momento ha realizado un estudio serio y fiable (es decir, despolitizado) sobre la renta real de los agricultores, ya que todos los anteriores estudios solo hablaban de ingresos o bien de costes, pero nadie se atrevía a decir cómo era el resultado final de la campaña en el bolsillo del productor. Recordaréis mi reciente post titulado ‘Primer estudio que aborda la renta real de los agricultores. Números rojos en la última campaña’, pues bien, como comprenderéis sabiendo que la voz autorizada era la de Juan Carlos con más motivo he acudido a la charla. Y la verdad es que se han dicho tantas cosas con enjundia que tendría para una veintena de post. De momento empezaré por el primero, que es éste.

Pérez Mesa

Entrando en el meollo, en Turquía hay otra Almería, algo más pequeña que la nuestra (unas 5.400 hectáreas menos) y que se llama Antalya. Esta región tiene el 80% de los invernaderos de cristal del país, casi 6.500 hectáreas, muchísimo más de lo que tenemos en nuestro mar con vidrio. Pero allí también hay plástico, casi 14.000 hectáreas, más otras 3.800 de túneles.

En el otro lado del Mediterráneo más de la mitad de lo que se cultiva es tomate, le sigue pepino, sandía y pimiento. Si se toma toda Turquía, la producción de tomate en invernadero supera los 3 millones de toneladas, que sumadas a las producciones al aire libre dan más de 11 millones de toneladas frente al millón que produce Almería, ¿asusta?

En principio sí, pero si luego se observa la proporción en las exportaciones, el tomate almeriense tiene mayor representatividad en los países de la Unión Europea que el tomate turco. En este sentido estamos mejor posicionados, pero ¿a dónde va todo ese tonelaje de tomate del vecino de la otra esquina? Primero habría que decir que Turquía es un mercado de 81 millones de consumidores, lo que empuja la posible demanda interna, pero ¿y el resto? ¿quién se lo come? La respuesta es… ¡¡¡Rusia!!!

auditorio de agricultores

Hace una década cuando en El Ejido se sacó aquel proyecto que anunciaba la conquista de Rusia, con grandes tintes de engrandecimiento del político de turno, dicho mercado aún estaba abierto y esperando a ser explorado. Sin embargo, ante la zozobra y la duda de los sureños de la Hispania, tanto turcos como israelíes se espabilaron y emprendieron el viaje hacia la estepa hasta convertirse en proveedores de tomate de Moscú los primeros y de pimiento los segundos.

Todo esto tiene muchas lecturas. La crítica puede ser decir que, como otras veces, llegamos tarde y ese nicho de mercado ya lo copan otros, aunque ahora Putin ha dicho que aunque quisiéramos solo se habla con Ankara y con Tel Avic. Como socios de Bruselas tenemos un telón de acero en versión comercial. Pero también puede haber una segunda lectura en positivo. Que sería decir algo así como … “¡Muy bien! Que estos dos competidores vendan a Rusia, que ya nosotros nos quedamos con Europa!”. Visto así, supongo que salimos ganando. Pero no deja de ser una especulación.

Lo que sí me sorprende es el poco tomate turco que entra en las fronteras comunitarias, teniendo en cuenta todo su potencial. Es como un oso dormido que vende sobre todo a los países de su entorno, pero, ¿qué ocurriría si se convirtiese algún día en socio de pleno derecho de la Unión Europea?

De momento las exportaciones de Turquía a países de la UE son bajas. 54.000 toneladas en tomate y 41.000 en pimiento.

Público en la jornada

La ponencia también ha analizado la zona productora de Israel, pero eso ya lo dejaré para otro día. Por cierto, esta noche he conocido a algunos lectores del blog e incluso a algún comentarista al que no le ponía cara.

Los productores holandeses e israelíes sufren la misma crisis de precios que los españoles

Hablar de hundimiento de precios en el sector hortofrutícola español no es noticia, pero si ampliamos el radio de dicha crisis a los productores de Israel y Holanda, ¿ante qué hipótesis nos encontraríamos? Empezaré este artículo por el final, adelantando lo que sería la conclusión a este primer párrafo a modo de entradilla: vivimos en un aldea global en la que los intermediarios de cualquiera de los países (esa familia llamada ‘clientes’) no están dispuestos a pagar ni siquiera el coste de lo que cuesta producir las hortalizas.

Holanda

Escribía en uno de los foros de este blog hace unos días desde Israel el amigo Gabriel Camhi, director de Wise Irrisystem. Dejaba un comentario revelador de lo que realmente está sucediendo en el mundo de las frutas y hortalizas a nivel planetario: Hola José Antonio, Estoy viendo en este momento un reportaje de televisión alucinante: agricultores israelíes que están hartos de recibir un precio de 2.5 nis con un coste de 4.5 nis. Se plantaron a la entrada de las cadenas de supermercados y reparten pimientos gratuitamente. Las cadenas venden a 10 nis. Los agricultores se organizaron y no venden a las cadenas. El agricultor que inició esta protesta se llama Barak Omega. Gabi”.

La siguiente fotografía es de un invernadero de pimiento situado en Haarava, el desierto al sur de Israel.

Haarava (el desierto al sur de Israel)

Eso en cuanto a Israel, pero una situación muy similar están sufriendo los productores en Holanda, que están con el agua hasta el cuello, aunque a veces en nuestro país creamos justo lo contrario. Un empresario holandés me relataba lo siguiente sobre su tomate esta misma semana: “Nuestra rama criada con luz artificial de Holanda ahora mismo se vende en mi país a 4,25 euros caja de 5 kilos. Más barata que la de Almería. Es la primera vez que veo esto. ¿Sabes el coste que tiene este producto con luz artificial?”.

A España llegan pocas noticias de lo que ocurre en Holanda o mejor habría que decir que estamos tan preocupados por mirarnos el ombligo que no vemos que los vecinos sufren situaciones análogas a las nuestras. Y ahora es cuando saco del cajón aquello de la OPFH europea que los almerienses nos pasamos por el arco del triunfo cuando hace unos pocos años sus promotores vinieron a tierras del indalo con la idea de impulsar la unión de los agricultores de todo el continente. El propósito era frenar lo que ahora está ocurriendo, es decir, que los productores sean tan inmensamente frágiles ante los constantes devenires que provocan crisis de precios año sí y año no.

En Holanda ya no hay Interprofesional. Y casi que ni Ministerio. El que era de Agricultura se ha convertido en dirección general de otro más amplio que trata también otras temáticas económicas y de comercio exterior. Los bancos holandeses hasta ahora sostenían al sector hortofrutícola de su país. Ahora parece ser que se han cansado de jugar ese papel. Antes se encargaban de que los productores que tenían financiados cambiasen de cultivo, por ejemplo del pimiento al tomate, con la esperanza de poder recibir así las letras de sus créditos. Pero este contexto ha variado. No funcionan ni el pepino ni el pimiento y ahora tampoco el tomate, ¿qué hacen pues los bancos? Me comenta el “pájaro loco” que es la hora de los embargos.

El veto ruso a quien más ha dañado ha sido a los holandeses. Pero en este sector somos como un dominó. Las fichas caen todas con el impulso de un solo golpe.

Y luego de regreso a España vemos que la semana 50, que es la del año en la que hay más pedidos y a mejor precio, ha pasado con mucha pena y sin ninguna gloria. Y la 51 igual. Arribamos al término del año y la cuesta de enero del invernadero llega con adelanto. El desnivel de la pendiente liquidará de forma fulminante cualquier exceso de turrones y mantecados. Habrá cosas para celebrar, y muchas, pero ninguna agrícola.

Es de necios consolarse con el mal ajeno. Las lluvias y tormentas sufridas en Agadir (Marruecos) provocaron importantes pérdidas en los cultivos de calabacín en malla. La tablilla de la pizarra de este producto repuntó un poco, pero la marejadilla de fondo obliga a una reflexión más profunda. Tampoco tiene lógica que después de que se anunciase que habría desabastecimiento de pepino esta Navidad nos encontremos ahora los precios paupérrimos que sufre esta hortaliza. ¿Y qué decir de la recomendación hecha ayer de retirada de pepinos porque han salido de calibres inferiores a los habituales y esos todopoderosos clientes no los quieren así?

super europeo

Para rizar el rizo, en mitad de esta crisis internacional de precios hortofrutícolas, me manda un amigo algunas fotos hechas en supermercados europeos. Solo publico una de ellas, en la que el consumidor tiene que pagar 6,45 euros por un kilo de pimientos rojos de origen español, o 6,60 euros si son tomates y 7,80 si dichos tomates son tipo cocktail. Todo de procedencia hispana. Si atendemos a dichas cotizaciones, concluiremos que la crisis generalizada de la que hablo nada tiene que ver con el supermercado, se queda a pie de campo. Así que esa ama de casa europea está a años luz de comprender los entresijos que hay en este artículo.

Posdata: Son casi las 12 de la noche del sábado. Este artículo se publicó a las 10 h de esta mañana, pero voy a hacer un añadido para incluir dos imágenes más que pueden ser pertinentes. La primera es de estos días, tomada en Madrid en una cadena francesa de hipermercados. El pepino tipo Almería se vende en origen a un precio que oscila entre los 25 y los 15 céntimos, según la pizarra que acabo de consultar. Sin embargo, la ama de casa madrileña por un kilo de esos pepinos tiene que desembolsar 4,5 euros. ¡¡Qué alguien me lo explique!! Ya no hablamos de un supermercado situado en Inglaterra, en Alemania o en los países nórdicos, se trata de un producto que se vende en España, en Madrid. ¿Cómo se justifica tal abismal y desproporcionada subida de precio? ¿Quién se queda con ese cuantioso margen comercial?

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La segunda instantánea es una mofa a la anterior. Una nueva variedad de pimiento que misteriosamente da como frutos billetes de 50 euros.

espejismo

Una tarde de radio con Alberto García, en ONDA CERO. Y a propósito de Japón, estas fotos

Agricultura en la onda

A finales de este verano el buen amigo y compañero Alberto García me llamó para decirme que volvía en unas semanas a los micrófonos, pero no en la SER – donde ambos compartimos en su día buenos momentos y algunos cuantos años de nuestras vidas – sino en Onda Cero. Pero antes de iniciar la que ha venido a convertirse en su nueva aventura agrícola diaria, de 15 a 16 horas en Onda Cero El Ejido (‘Agricultura en la Onda’), Alberto iba a hacer una buena escapada al país del sol naciente.

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Alberto me llama una vez a la semana para participar unos minutos en el cierre de su programa. Solemos comentar alguna de las últimas entradas del blog, sobre todo las que son de mayor actualidad.

Alberto García y José Antonio Arcos

Hace unos días pude acercarme a la emisora y dejar a un lado el teléfono para compartir esos minutos desde el propio estudio. Al finalizar estuvimos comentando su viaje por el lejano Japón. Le pedí entonces las fotografías con las que ilustro este post y también que nos contase cómo fue su experiencia.

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Las fotos de los ‘invernaderos’ de tomate están en el pueblo de Shirakawa-go, en plenos Alpes japoneses. El pueblo, está enclavado entre montañas, en un valle, rodeado de montañas. Cuando hicimos las fotografías, allí la temperatura superaba los 24/25 grados, a mediados de septiembre, ahora por ejemplo, en diciembre tienen máximas de 8 y mínimas de -3 o -5. Se trata de pequeños invernaderos, principalmente para sustento personal y consumo propio de los aldeanos.

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El resto de fotos están realizadas en mercadillos y supermercados de Japón. De distintas zonas, ya sea en Tokio, Kyoto, Kanawaza o Hiroshima. Hay una zona productora, de invernaderos, que se ven desde el Shinkasen (tren bala) entre Kyoto e Hiroshima, con invernaderos junto a las vías del tren y una pequeña ‘industria’ de este sector. Pero a 400 km por hora del tren bala no los pude fotografiar.

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Una de las cosas que más me llamó la atención fue el pepino. Hay una foto que se ve bien, un pepino muy fino (casi como una zanahoria) que le insertan un palo de madera y puedes comprarlo en mercadillos de la calle o supermercados para poder comértelo así mismo, crudo. Los precios, pues un flow de pimiento tricolor a 188 yenes, unos 1,37 euros. Un kilo de pimiento italiano de ellos (lo más parecido) 100 yenes, 0,73 euros. Las otras fotos que aparecen berenjenas, pimientos rojos etc… andan en los 700 yenes la caja, unos 5,11 euros. Vendrán a ser yo creo que 2 kilos. Una bandeja de cherry a 600 yenes, 4,38 euros y no tendrá más de 500 gramos.

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Consumen mucha, mucha verdura. La base de su dieta, arroz, pescado, vegetales… Son 127 millones de japoneses a los que hay que alimentar…. Por cierto de presentaciones, calidades etc… las fotos hablan por sí mismas. NO mucho mejor que aquí, sí que es verdad que venden mucho pack, individual o de dos, como ves plastificado ya y todo….

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‘Milagro español’. ¡¿Quién dijo que salimos de la crisis?! ¿Será verdad?

Hace pocos días asistí a varias charlas, en una jornada organizada por Coface en el PITA, en la que distintos ponentes defendieron en sus intervenciones que ya hemos salido de la crisis. Mi asombro fue mayúsculo. Reconozco que no soy un asiduo lector de la prensa de salmón, llámese de economía pura y dura, pero de ahí a no haberme enterado de tan extraordinaria exclusiva media un abismo. Incluso la buena nueva la definieron como ‘el milagro español’, esto es, la habilidad de nuestros políticos para sacarnos de tan vasta crisis sin que el ciudadano de a pie se entere.

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Vaya por delante que la intervención de José María O’Kean, en el centro de la imagen, habitual contertulio de la Sexta, catedrático de Economía de la Universidad Pablo de Olavide y profesor en la IE Business School, estuvo plagada de momentos brillantes. Como cuando definió uno de los grandes males de España, la burocracia y su burocracia: “Este país hay que simplificarlo, pero las personas que deben hacerlo viven de la complicación”. O cuando recordó que la sociedad ha cambiado para siempre: “En el mundo digital y tecnológico hay que estar, sí o sí”. Incluso para vender un tomate Internet es imprescindible. Hasta ahí muy bien. Sin embargo, hablar de ‘milagro español’ para referirse al tránsito de la economía de nuestro país en los últimos años, me parece cuando menos de un optimismo y un triunfalismo irreal.

Las exportaciones dan para mucho, pero sobre todo para los exportadores. Dan también para la macroeconomía, pero bien poco para la microeconomía de andar por casa. Hubo otro ponente que dijo que España es la tercera economía mundial cuyas exportaciones más pesan en el PIB, entre el 33-35%. Pero por otro lado también se defendió que el exportador que crece es el empresario que ya lo era, pero que es harto difícil para aquel que acostumbrado al mercado doméstico quiere abrirse camino en el exterior. “Es una milonga si nos dicen que se exporta fácil, hay que tener paciencia y dinero”, afirmó Sergio Viñolo, gerente de Alcaparras Luxeapers.

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Coface es una aseguradora de crédito. Cubre posibles impagos y realiza un análisis pormenorizado de los riesgos y fortalezas de cada mercado. Mikel Aguirre, director de Coface en España y Portugal, describió los “nuevos dorados” que personalmente no me resultaron tan “dorados” para el sector hortofrutícola, pese a que entre el público había una mayoría de empresarios de la agricultura. Colombia, Perú, Filipinas e Indonesia tienen el honor de tan notable definición. Los inconvenientes nos los podemos imaginar todos: tensiones sociales y políticas, desaceleración del crecimiento o volatilidad del tipo de cambio.

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Sobre China y Brasil se apuntó que lo conveniente es venderles, no producir en ellos. Brasil, una legislación muy complicada y un mercado que despertó grandes expectativas, pero que ha dejado más decepción que otra cosa. Sobre Rusia bastante preocupación y es que ahora parece que tenía más valor del que se creía a priori en el mes de agosto. Como dato, el 40% de la berenjena española era consumida antes del embargo por este país, aunque un porcentaje se hacía a través de Holanda, país especialmente preocupado por el cierre ruso.

El Banco Mundial tiene elaborado un mapamundi sobre los lugares a los que es más fácil exportar y más factible invertir. Los cuatro primeros son, por este orden, Singapur, Hong Kong, Nueva Zelanda y Estados Unidos.

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El gerente de la Cámara de Comercio, Fernando Ruano, también tuvo unos minutos para exponer a grandes rasgos algunas claves para la exportación. Me resultó curioso el nombre que puso a una de ellas: ‘Conocer al asesino’. Lo podéis leer en la propia diapositiva.

A modo de conclusión de la sesión Riesgo País: parece ser que los bancos tienen crédito y  voluntad para darlo, que las exportaciones seguirán en 2015 capitaneando a los buques que vayan por buen puerto (las noticias positivas vendrán de las ventas al exterior) y que la globalización será aún más globalización, en el sentido de que la oferta y la demanda de productos se dará incluso en los países de bajo consumo y limitada renta. Y en cuanto al fin de la crisis la idea predominante es que se está saliendo, pero más lentamente que en otras crisis.

público

Dubai sí, Dubai no

La persona que veis en la imagen es Hani Ayloush, gerente de una de las empresas importadoras de frutas y hortalizas más importantes de los Emiratos Árabes, Fruit Line Trading. La instantánea está tomada en el hotel El Edén, El Ejido (Almería), esta misma mañana. Allí este empresario ha explicado algunas claves para exportar al Golfo Pérsico. Ha sido durante la jornada organizada por los responsables de Fruit Logística en España, que han presentado en este enclave la próxima edición de la feria alemana, que se celebrará del 4 al 6 de febrero de 2015 en Berlín.

Hani Ayloush

Hani Ayloush comentaba que el principal obstáculo para los envíos de perecederos hasta esta zona del mundo está en los gastos de logística, que hay que ajustarlos. Pese a este inconveniente, son muchos los países europeos que allí envían alimentos.

El mayor exportador agroalimentario a los Emiratos Árabes es Italia, seguido de Francia. Los españoles estamos en tercer lugar, y a continuación los holandeses. Me llama la atención que en este mercado nos situemos por delante de los neerlandeses, cuando hace unos años era justo lo contrario. Era fácil encontrar entonces pimientos de Almería enviados desde Rotterdam.

Holanda en perecederos sigue usando el avión, como primer medio de transporte. Sin embargo, España para exportar a Dubai y al resto de Emiratos opta mayoritariamente por el barco.

Desde nuestro país sobre todo se exportan al Golfo Pérsico, según Ayloush, por este orden cítricos, frutas de hueso, manzanas, uvas, bananas y en último lugar hortícolas. Verduras también se fletan, pero en menor volumen que otros frescos. Así que la pregunta es una obviedad, pero no se la hago a él, sino a nuestros comerciales: ¿Mandamos a Dubai? ¿Sí o no? ¿Por qué?

Sobre los Emiratos Árabes, se suele pensar que es una zona ostentosa, donde el petróleo ha hecho que el nivel adquisitivo sea muy superior al que se disfruta en España. Sin embargo, llama la atención que lo primero que miran estos ricos consumidores a la hora de comprar frutas y hortalizas sea el precio (…). Otro detalle que observan mucho, más incluso que el sabor, es el aspecto de las verduras y frutas.

Posdata. Sobre la feria de Berlín, decir que este próximo año prevé un incremento del 10% de participación de países hispanohablantes, lo que incluye una destacada presencia de empresas españolas. Habrá también jornadas de industria auxiliar, que tratarán temáticas relacionadas con los invernaderos o la poscosecha, por ejemplo.

Americanos y rusos. Las potencias de la Guerra Fría nos cierran la puerta

Primero fueron los rusos, con su veto; ahora los americanos, con la mosca de la fruta. A los exportadores de frescos se les estrecha el embudo de botella.

pimientos

La mosca de la fruta o Ceratitis Capitata, retratada en la imagen inferior que se recoge en la página de Agroterra (recomendada), es la causante de la nueva caza de brujas estadounidense, en versión agro. Habrá quien quiera desdramatizar diciendo que lo único que se va a hacer es reforzar los protocolos de envío de pimientos a Estados Unidos. Bien. Es una lectura. Pero si visitas a las empresas que exportan desde Almería habitualmente a este mercado transoceánico, la visión que te llevas es que a partir de ahora se exigirán una serie de medidas que harán inviable en la práctica estos envíos. mosca de la fruta ((ceratitis))

Si os vais a la sección de noticias de Agroprecios, os encontraréis una serie de medidas de control para los almacenes. A esto habría que sumar las exigencias para las fincas, que a poco que tengan algo de Ceratitis Capitata en los mosqueros fácilmente irán a la cuarentena. En fin, que tampoco hay mucha más información, pero lo que he ido recogiendo estos días apunta a que poco caso le tenemos ya que hacer a Estados Unidos, como mercado alternativo. Ya pasó con la Tuta y el tomate, y ahora con la mosca del Mediterráneo y el pimiento.

En cuanto a los rusos, una curiosidad sarcástica. Hace unos días Rusia daba luz verde a la entrada en su país de manzanas ucranianas. La excusa es que son del este de Ucrania, por tanto de ucranianos de origen ruso.

más pimientos ¿Nuevos mercados?

Y surge otra vez la cantinela de la apertura de nuevos mercados como válvula de escape. Para que no parezca un tema manido os daré algunos datos para la reflexión.

El Ministerio español tiene una hoja de ruta para exportar frutos rojos a lugares como Panamá (se proyectan mandar fresas), Dubai (moras) y Singapur (arándanos).

En fruta de hueso ya hay una empresa catalana que ha hecho sus primeros envíos de nectarina, paraguayo y platerina a Malasia. Otra cooperativa, también de Cataluña, ha entrado recientemente con fruta dulce por primera vez en Colombia y Costa Rica. También los envíos de frutales han crecido en otros países en los que ya se estaba, pero con bajos volúmenes, como Brasil y Emiratos. Todo esto que cuento ha ocurrido desde este verano, a raíz del veto ruso.

Así que algo se mueve. El mercado es el mundo”, afirman los neoliberales. ¿O es solo Europa?

China, a tiro de piedra. Ya hay una primera plataforma comercial para contenedores

Quizá lo más interesante de la feria de Madrid es lo que os voy a contar a continuación. Contactaron conmigo el último día dos empresarios que quieren abrir el sacacorchos de China, el gigante entre los gigantes.

Cuando me senté con ellos y me lo contaron me vinieron dos ideas. La primera de la ponencia de Felipe González, a la que había asistido un par de días antes en el marco del simposio internacional sobre fresas, y la segunda la intervención del secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, la jornada anterior durante la inauguración de un congreso sobre uva de mesa. En ambos casos, los referidos hablaron de China, a la que dibujaron como el salvavidas. Así que no me resultó tan extraordinario reunirme con un empresario y una empresaria que me aseguraban que ya tienen los contactos en el país de los dragones. “Lo más difícil, lo tenemos hecho”, me resumió uno de ellos.

My beautiful picture

Ilustro este post con dos instantáneas que tomé de una visita que una delegación de empresarios chinos de la agricultura hizo hace varios años a las instalaciones del Ifapa en La Mojonera (Almería). Me ha parecido interesante hacer un guiño con estas fotos al viaje de ida y vuelta que hay entre los dos continentes.

Volviendo al meollo de la cuestión, mis entrevistados han creado una plataforma comercial para exportar grandes volúmenes de frutas y hortalizas hasta Asia. En contenedores por barco.

Este verano ya publiqué varios artículos sobre los envíos de tomates y calabacines franceses y holandeses a Singapur. También los hay de melones piel de sapo del centro peninsular. Pero lo que son tomates o pimientos españoles a China – entre otros hortícolas -, que yo sepa, nadie lo ha hecho hasta ahora. Supongo que os abordará la misma duda que tuve yo: “¿aguantan?” Según me explicaron, sí; pero usando un grado de refrigeración mínimo. “¿Y se pueden comer bien después de quitarles el frío?”, fue mi segunda pregunta. “Por supuesto que sí”, fue la respuesta.

En fin, que si alguien está interesado en esta plataforma comercial, solo tiene que enviarme un privado y le paso el e-mail de los susodichos empresarios. Aunque me gustaría que no me bombardeaseis exclusivamente con correos privados, y por el contrario os animaseis a extender el debate en el foro de opinión abierto que hay al pie de esta información.

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