La agricultura de calidad hay que pagarla. No existe lo bonito, bueno y barato. Los contenedores están llenos de comida en mal estado, tan barata como gratis, ¿por qué los especuladores centroeuropeos no se abastecen de esos contenedores, si no están dispuestos a pagar un precio justo por un alimento de calidad? Quieren seguir apretando al eslabón más débil. ¡Ahí está el precio del calabacín y el tomate que no levanta cabeza! Dicen los distribuidores europeos que desean las hortalizas y frutas más sanas del mundo, que están en España, pero no quieren rasgarse el bolsillo y pagar por ellas. Por lo visto pretenden que el agricultor trabaje gratis y que reciba un precio por su cultivo inferior a lo que le cuesta producirlo. ¡Ya está bien de hacerse rico a costa del pobre!
Un tomate, un pimiento, una manzana o una pera no surgen por generación espontánea encima del lineal de un supermercado. Detrás de ellas hay mucha gente anónima que hace posible llenar la despensa. Y esos productores y todo el círculo que les rodea necesitan cobrar por sus artículos un precio justo para seguir cultivando. Le decía un holandés estos días a un familiar mío que estuvo en la feria de Berlín que Almería es muy cara y que prefiere irse a Marruecos a comprar porque allí es más barato. ¡¡Pues claro, hombre, Marruecos es más barato, pero cuando allí se paguen sueldos más caros dentro de unos pocos años, Marruecos también te resultará caro y tendrás que irte con tu chaqueta y corbata a comprar tomates al centro y sur de África donde sustituirán los elefantes por tomateras cuando los Borbones y compañía se cansen de las cacerías!!
Eso por un lado, pero es que mi amigo Jesús Hernández, no confundir con Jesús Fernández (un entusiasta comentarista de este blog), me contaba que un ruso que conoció la semana pasada en Fruit Logística le dijo también que prefiere comprar el pimiento en Marruecos porque es más barato, aunque el pepino que se lleva sí es español. Me decía hoy Jesús que además conoció a un holandés en la feria que le reconoció que el 90% de los cítricos que compra su país a España son a resultas, es decir, sin precio. ¡Aleluya! Otra más en la frente. Entiende Jesús que la ‘marca España’ no está consolidada o al menos no es un extra a la hora de comprarnos. Lo tengo clarísimo, los clientes europeos prefieren comprar barato, antes que bueno y seguro. ¡Acabarán marchándose al cuerno de África a aprovisionarse en fresco cuando las multinacionales lleguen allí! ¡Menudo mundo loco lleno de hipócritas!
Llevaba tiempo sin teclear de forma tan pasional, pero es que muchos me habéis escrito y otros me habéis llamado por teléfono para hablarme de la feria y la conclusión que saco es la que estoy narrando. Por ejemplo, hoy también me contaba Curro, un amigo, que otro holandés (nada tiene que ver con los dos anteriores) se mosqueó con él porque su empresa productora le estaba suministrando a un cliente que era a su vez cliente de ese señor holandés. ¿Acaso el que produce no tiene derecho a vender su propio producto? ¡Sorprendente! Quieren los holandeses ser los reyes de la distribución agroalimentaria mundial y que nadie les haga sombra. Defienden el liberalismo, pero solo si les beneficia a ellos. Por favor.
Jesús me contaba que se pateó todos los pabellones. Menuda paliza. Lleva muchos años asistiendo a la feria, pero es la primera vez que la recorre entera. Me explicaba que la innovación de este año está en hacerlo todo snack y orientado al segmento infantil de consumidores, vio envases de comida de conveniencia, mallas de envasado de celulosa o nuevas variedades, por ejemplo, de coliflor.
Precisamente esta tarde la organización ha emitido una nota oficial con el balance. Recojo algunos datos interesantes. Más de 62.000 visitantes profesionales de 141 países se dieron cita en Berlín. En cuanto a expositores fueron 2.600 stand de 84 países. La mayoría se desplazó hasta Alemania desde otros países de Europa (71%) y de América (11,5%), seguido de África (8,4%), Oriente Medio (4,6), Asia (2,6%) y Oceanía (1,9%). La próxima edición de Fruit Logística será del 4 al 6 de febrero de 2015.