Este pasado jueves la escuela agraria Campomar y el Centro Tecnológico Tecnova celebraban conjuntamente una interesantísima jornada explicando cómo es posible el cultivo de peces (tilapias) en invernaderos. No es ninguna quimera, sino una realidad en la que ya trabajan empresas almerienses como Biosabor y NGS.
Los estudiantes de 2º curso de Campomar llevan desde el inicio de curso analizando este mercado, su viabilidad económica, su comercialización y los condicionantes agronómicos y técnicos necesarios para hacer rentable esta iniciativa. “La tilapia se paga en Madrid y Barcelona a 10 euros el kilo, precio superior al de la dorada o la lubina, y su consumo está creciendo”, describía el alumno José Antonio Quintana.
El coste de producir un kilo de tilapia en invernadero es de unos 3,5 kilos, y el precio de venta a la distribución se estima en unos 6 euros, con lo cual queda un beneficio de 2,5 euros/kilo, lo que significa que una inversión de 300.000 euros se puede amortizar en poco tiempo, en apenas un par de años.
En España solo hay una empresa que realice esta actividad, Granjas Piscícolas del Sur, que un invernadero del interior de Córdoba cría tilapia desde 2013. Su gerente, Rafael Ordás, explicó que “año tras año hemos duplicado nuestra producción, que este año se situará en 40 toneladas”. Corroboró que la cotización de este pescado va en aumentando, de modo que en 2013 se situaba en 7,5 euros y en 2014 estaba ya en 9,6 euros/kilo.
La ventaja competitiva que tiene Almería respecto a Escocia y Polonia, lugares en los que se cultiva tilapia, está en el bajo coste que supone mantener el agua a la temperatura ideal para la cría de estos peces, los 28 grados. Según dijo Guadalupe López, responsable de proyectos de Tecnova, “en Almería la temperatura estaría en el rango óptimo durante el 75% del ciclo anual de cultivo”.
Guadalupe comenzó en 2008 a estudiar el invernadero perfecto dirigido a la acuicultura. Relató un proyecto actual que realiza Tecnova junto a la empresa de Pulpí NGS (New Growing System) para conjugar la cría de tenca y microalgas con la producción de tomate rama. En una de las imágenes se observa cómo los tomates irían en bandejas situadas a un metro de altura y por debajo los peces. Sus excrementos además servirían para reducir el consumo de fertilizantes. “El tomate es 100% ecológico, no se puede hacer ningún tratamiento porque afectaría a la salud de los peces”, dijo Guadalupe.
Junto a NGS hay otra empresa, también asociada de Tecnova, que quiere innovar con un proyecto de acuoponía. Biosabor en sus nuevas instalaciones, que aún no han sido inauguradas, está diseñando un hatchery para reproducción de peces. Para que nos entendamos es como un semillero de plantas, pero para alevines que después serían engordados.
La jornada acabó con un showcooking en la cocina experimental de Tecnova. Allí el chef almeriense José Torrente deleitó a los presentes con tres recetas a base de verduras y tilapia.