¿Os imagináis a las distribuidoras haciendo de exportadoras? Pues parece que ya lo hacen, al menos fue el argumento con el que la prestigiosa publicación económica Alimarket presentó la primera ponencia de su ya tradicional jornada técnica durante Fruit Attraction. Con este tema voy cerrando el periplo de artículos emanados del salón madrileño de las frutas y hortalizas 2014. En la imagen inferior, el conferenciante Oscar Moreno, según la presentadora es la persona de la revista que más sabe de agroalimentario. Pues si lo dijo la jefa de Alimarket, pues así será. Pero si ahora alguien me dice que la presentadora no era la que mandaba, pues me caigo para atrás. Todas las veces que la he visto estos años atrás sobre el escenario ha sido quien ha puesto firme a todo el personal. Siempre. ¡Pena que no tenga una imagen de ella! Para el próximo año.
¡Vayamos al grano! Bajo el título ‘La distribución como vehículo de internacionalización para el proveedor hortofrutícola’ Oscar Moreno defendió que una tendencia creciente de las cadenas hoy día consiste en introducir a sus proveedores de frescos en los países en los que dichos supermercados se encuentran. El ejemplo paradigmático es la firma alemana Lidl. Me imagino al pequeño exportador granadino, almeriense o murciano agarrándose a Lild para poder entrar en Berlín. Por eso he querido rescatar esta imagen de mi último viaje a la capital alemana. Ese ángel dorado dando la bienvenida a los productores españoles.
Para que el comentario no parezca que está hecho con sorna, daré algunos datos que así avalan el papel de la cadena como nuevo agente comercial. Lidl compró en España el pasado año productos agroalimentarios por valor de 3.000 millones de euros. 1.500 de esos millones se destinaron después a la exportación.
Concretamente en frutas y hortalizas durante el último ejercicio adquirió más de un millón de toneladas en nuestro país. De este volumen una parte muy importante Lidl la mandó fuera de Alemania, a los supermercados de los 26 países en los que la firma tiene presencia. He ahí la labor comercial que desempeña la multinacional, ya que lleva esos tomates, pimientos, lechugas o cualquier otro hortofrutícola a países a los que quizá no exporten algunos de sus proveedores, ya sean cooperativas, centrales de exportación de las subastas o almacenes privados. De ese modo, esos perecederos entran en nuevos mercados de la mano de la cadena.
Es el mismo camino que podría haber seguido Mercadona si hubiese desembarcado en Italia, pero no ocurrió así. Covirán en Portugal ya lo hace con muchos pequeños proveedores locales, incluso DÍA y Carrefour (ahora separados). La descentralización de las compras de las cadenas ha llevado a esta situación, pero aún es temprano para saber si es una tendencia de futuro o solo el título de una sugerente conferencia.
Acabo con una foto de tomates españoles en un supermercado alemán. No es Lidl, pero me ha parecido interesante porque se ve con claridad la caja de una empresa almeriense, Agromullor.